Entre Dos Mundos


Un muchacho delgadito, un poco sucio, despeinado, de piel aceituna, aguarda agazapado entre las rocas para salir a la luz de la luna. Un hombre le pregunta: Niño, ¿ a dónde vas ?, el muchacho le contesta: hola señor, voy lejos, voy buscando un sueño allá donde termina el mar; al final del horizonte quiero llegar. Quiero ver el sol cuando amanece entre mecidas de olas y su blanca espuma. Quiero verme en su espejo, rodeado de delfines, estrellas y sus bellos reflejos. Quiero tener el mar como amigo, el viento como compañero y poder pisar la tierra que anhelo. La brisa me guiará con su dulces melodías, la noche terminará y comenzará un nuevo día. Tengo ganas de llegar, de pisar el suelo, de tener otro techo que no sea el cielo. Quiero vivir, gritar, ser feliz, y poder ayudar a mi madre que dejé allí. Comenzar una nueva vida en la tierra prometida. Su sueño no se cumplió, el mar se hizo por siempre su hogar para estar entre olas, espumillones, conchas y caracolas. Este muchacho pagó con la vida el seguir su sueño, el vivir con dignidad, romper sus cadenas de libertad y no tener dueños; vencer la miseria, el miedo y el hambre . Sólo vivir un poco mejor, pero la otra orilla del mar y de la vida nunca alcazó.

1 comentario:

Elena dijo...

Tan bonito como triste y real, José Manuel. Gracias por tu visita y por tus palabras.